Lo que comenzó como navegación de un día, se convirtió en tres días. Pensábamos parar en los cayos de Honduras, Vivorillo y otros, pero como el viento define las singladuras, primero por poco luego por mucho siempre llegábamos de noche y así fue que no pudimos parar hasta Roatan.
Los cayos son muy lindos pero de día, son muy peligrosos para ingresar de noche.
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